No sé
cómo es que pocos
ven la conección
entre la noblesse
y los parásitos de sangre;
como ambos
la sangre les confirió poder
que ganaron de maneras
tan sangrientas como los cuentos
y la historia.
No sé
cómo es que pocos
se fijan de que
entre la noblesse et la borgoisie
las diferencias son de nombre,
y el abandono de espada y máscara
por billetera y vino.
No sé
cómo es que tantos,
para rabia de quienes
cargan un mundo mejor
en sus corazones,
aspiran ser parásitos
mientras los desangran
porque creen imposible
romper las cadenas
entre amo y esclavo.
Sé que hay
niveles de pervasividad
de cadenas más sutiles
que el oro contante y sonante
y los tanques amarrados
con balas y bombas.
Sí, el dulce cianuro
que mata de a poco
e imposibilita morar
esconde en su nombre
su razón de atar sin escapatoria
al perderse la filia de iguales
y asentarse el amor de amos.
-EXV
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Semillas Libertarias
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La presencia anarquista en el ciberespacio
Aunque me arriesgo a caer en el monólogo, la cuestión de
principios o sencillamente ambos, no puedo evitar preguntarme: ¿cuán útil es la
presencia anarquista en el ciberespacio?
Hay ámbitos en los que queda más claro y
´posiblemente hasta se caiga de la mata que nuestra presencia e involucramiento
es esencial, especialmente todo lo que tenga que ver con la denominada
piratería; es de anarquistas impulsar y tomar parte en el libre y gratuito
compartir de información, ideas, arte, música, software, libros electrónicos y
otros. De eso no cabe duda.
No obstante, en lo que más directamente cabe y concierne nuestro Ideal, ¿cuán útil o necesaria es nuestra presencia en el ciberespacio? Sé que esto se publicará en un blog y por ende estará presente en el ciberespacio pero igual no puedo evitar preguntarme cuán útil o beneficioso al Ideal es esto de presentar nuestros temas en el ciberespacio y tratar de impulsar el tipo de sociedad que queremos. Y el cuestionamiento surge de varias cosas que he observado en el internet, como por ejemplo:
·
La obstinación
generalizada de usar el internet para distraerse y no informarse (¡Dios libre!
Hace daño estar leyendo de esas cosas que pasan)
·
La convención social
del internet de sólo aceptar creer cosas que se aprendan a través del chiste o
un mero video de YouTube, sin exigir fuentes o ser muy crítico de las fuentes
presentadas
·
La triste tendencia a
que los blogs los leen y siguen aquellos que ya andan convencidos de lo que se
dice en el blog
·
El bombardeo de
anuncios en prácticamente todo foro de parte de los capitalistas
·
La creciente falta de
espacios públicos reales, ya que casi todo le pertenece a los Estados o a los
capitalistas
·
La asunción generalizada
de que la sociedad no se puede cambiar, y sólo se puede vivir en el carpe diem
o luchar por meras reformas para tus conocidos más cercanos.
A menudo los anarquistas, igual que los
marxistas, escriben y hablan de “la revolución” que traerá a la realidad nuestras
ambiciones. Pero no puedo evitar preguntarme de qué revolución hablan. La
Revolución Francesa no logró acabar con los absolutistas ni traer la igualdad
social más de lo que el asesinato trae la resurrección, y lo mismo ha pasado
con la revolución Bolchevique, la cubana, y muchas otras llamadas revoluciones.
Perdonen mi cinismo respecto a las insurrecciones, pero la única manera en que
se me hace posible y razonable entender el concepto de Revolución Social de
Bakunin es entender revolución no como insurrección masiva y cambio de
estructura social forzado sino más bien como un cambio a algo radicalmente
distinto a lo ya conocido a través de la costumbre, la práctica, la utilidad y
el ejemplo. Me consta por razones lógicas que para que esto se dé a cabo hacen
falta el convencimiento político-moral que irrevocablemente lleve a la práctica
del ideal anarquista y socialista libertario de manera repetida y numerosa en
el ámbito micro para que se torne macro y que a este proceso se le llame la
revolución social, pero, ¿cómo logramos ese convencimiento de manera
inquebrantable? ¿Cómo logramos que no sólo saque raíces la semilla libertaria,
sino que de ella surja un árbol que rehúse dejar de crecer y dar fruto hasta
morir? Y, volviendo al punto de partida, ¿de qué manera contribuye, realmente,
nuestra presencia
en el ciberespacio a ello?Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
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Voces libertarias: Orígenes del anarquismo en Puerto Rico
(Según publicado en Facebook)
Libros AC los invita a la presentación del libro de historia "Voces libertarias: Orígenes del anarquismo en Puerto Rico" del historiador puertorriqueño Jorell Meléndez Badillo a celebrarse el jueves, 21 de marzo a las 7:00pm en la librería en la 1510 Ave. Ponce de León en Santurce.
Estacionamiento disponible en el multi-piso de Ciudadela de Santurce.
Para más información: info@librosac.com nopasaranjamas@gmail.com 787-998-5132
Más allá del reino del empleo y desempleo
En Puerto Rico, ha comenzado un “nuevo” Gobierno y ya es palpable que, sin contar ciertos parches necesarios ante las circunstancias, los políticos nos ofrecen más de lo mismo, principalmente en el ámbito laboral: empleo, subempleo y desempleo, nada más. No habrá que esperar mucho para admitir que el ejercicio electoral sirvió de muy poco, o nada, en favor de una sociedad – de sociedades – de individuos libres. Pero comencemos con las (pocas) buenas noticias de este evento.
Considero útil la movida para incluir a las parejas de hecho y a las del mismo sexo en legislaciones que buscan evitar el abuso en el hogar (ley 54). También la movida del municipio de San Juan para extender ciertos beneficios marginales que ya poseían los matrimonios (heterosexuales) a las parejas (de cualquier orientación sexual) que conviven sin la “bendición estatal”. Este tipo de medidas no interfieren con la igual-libertad de los demás, sino que acrecentan las posibilidades de ver la justicia desde una óptica igual-libertad. Sin embargo, se trata de medidas que eliminan arbitrariedades estatales que favorecen un sólo tipo de familia y la proyección estatal de la perspectiva puritana que considera ciertas orientaciones sexuales como no aceptables y “anti-naturales”.
Ahora bien, a pesar del Estado y el Gobierno de turno, nos toca a todos fomentar culturas de respeto y tolerancia ante comportamientos humanos que en nada nos agreden u obstaculizan y que para nada resultan en proyectos de conquista y explotación. Investiguemos y propaguemos formas alternativas de proteger la igual-libertad que concuerden con nuestros principios libertarios. Esto es en definitiva un proyecto a largo plazo pero que bien podría considerarse propaganda por el hecho y acción directa de gran eficacia para insertarnos en las luchas del activismo civil ofreciendo recursos revolucionarios, evitando sumarnos a las tendencias reformistas que tan mal sabor nos dejan por su mínimo alcance en la praxis.
Volvamos al tema del empleo, de los 50,000 empleos prometidos por el Gobernador de turno. Aunque nos prometiera un millón de empleos, ¡empleos para todo el mundo!, el empleo es precisamente el yugo, la dictadura, la subordinación, el método de producción capitalista por excelencia. A pesar de la sustitución de empleados por máquinas y robots, el empleado es en ciertas áreas de la industria más barato (considere la fabricación de ipods, por ejemplo) que la producción automatizada y todavía más barato y necesario en diversas áreas del sector de los servicios, que tanto a crecido en el capitalismo post-industrial. Sin embargo, si el empleo es necesario para muchos de los humanos que habitan nuestro planeta es porque el “auto-empleo” es ya casi imposible.
La lógica del empleo – el yo trabajo para un sueldo bajo las órdenes y el beneficio de corporaciones capitalistas, en no muy pocas ocasiones, – a calado tan profundo en nuestra cultura que la búsqueda del sustento por cuenta propia se puede definir en términos del mismo. O empleo o auto-empleo o desempleo o empleador. Empresarismo le llaman a esta vaina. ¿Dónde a quedado el cooperativismo, la autogestión y el sindicalismo revolucionario en todo esto? ¿Dónde la empresa o municipio comunista entra como opción?
Para hacer el cuento largo corto, estás prácticas tan necesarias para una revolución socialista han quedado enredadas en el autoritarismo y el espejismo de la posibilidades de un Estado Benefactor o tachadas como utopías, sueños de un mundo mejor. Alguna gente, muy poco algo mal informados, han visto en esta representación del Estado una suerte de anti-capitalismo “pragmático y realista”, de forma que lo proyectan como la única solución al capitalismo salvaje y rapaz. Se trata de hacer al capitalismo una experiencia tolerable y de darle apariencia de justicia social a una constante y generalizada intervención estatal.
La política nuestra de todos los días está dominada por la “dicotomía” (neo)liberalismo-progresismo, ambas tendencias encerradas dentro de la lógica del capitalismo y su demarcación estatalizada acerca de lo que es “lo tuyo”, “lo mío” y “lo nuestro”. Bajo este discurso – algo simplificado para efectos de esta entrada – es que se inscriben los reclamos y promesas acerca de más y “mejores” empleos y aún, desde el adentro de este discurso podemos divisar los límites de alcanzar esas metas de forma permanente o estable.
Los ciudadanos de muchos Estados han visto “desvanecer” miles de empleos de forma cíclica en menos de una generación. Y esto no corresponde a mejores formas de sustento diferentes al empleo, sino que implican desahucios, ansiedad, depresión, frustración, mayores deudas, menos o ningún lujo, problemas familiares y hambre en no pocos casos. Sin embargo, la receta para esta enfermedad social vuelve a ser escritas en términos de empleo y las dosis del mismo que hacen falta. ¿Cuál es la receta actual, en Puerto Rico, para la creación de “nuevos” empleos? Otorgarle privilegios a patronos y capitalistas que van desde el subsidio de salarios con fondos del Estado, entiéndase, con los fondos pagados en impuestos por los ciudadanos, hasta una moratoria en el pago de ciertos impuestos y patentes, o sea, a que estas empresas se le exime, por cierto tiempo de aportar al fondo Estatal. Además, pueden retener parte del ingreso del empleado que en circunstancias usuales habría de parar en las arcas de Hacienda, pero en este caso, para costear los gastos en consumo de energía eléctrica. En pocas palabras, pueden tomar aun más de lo producido por los demás y aportar menos al Estado que los privilegia y promueve. Así se socializan despóticamente los costos de hacer negocio en Puerto Rico y mientras las ganancias las disfrutan unos pocos bajo el amparo de la protección estatal de la “propiedad privada”.
Nada nuevo queridos lectores, más de lo mismo.
– Pero al menos habrían más empleos.
Empleo, subempleo, desempleo y más empleo, esa resulta ser la única lógica del “status quo”.
Hace no muchos años, en Puerto Rico, era el Estado quien asumía el rol de crear empleos bajo su propia nomina. Así creció la escuela pública, la policía y todos los departamentos de servicios estatales. Al final, como ha quedado en evidencia durante los últimos 8 años, esto ha resultado muy costoso y virtualmente imposible de pagar con los recaudos impositivos y el constante endeudamiento estatal.
– Pues que cobren más impuestos a las corporaciones. Y si es necesario, que no se le pague (por ahora) a los bonistas.
– Pero, ¿para qué? ¿Para seguir fomentando monopolios de efectividad mediocre?
– Al menos habrían empleos.
– ¿Acaso no puede cada humano conseguir su sustento sin depender de la relación patrono-asalariado?
– Tipo no seas utópico y pon los pies en la realidad.
– No, no, de veras. Hablo de aquí y ahora y con lo que hay.
No somos pocos los que tenemos habilidades que bien podrían intercambiarse en el mercado actual y así mitigar la necesidad de trabajar por un salario. Alguna gente ya hace bizcochos, mecánica, plomería, etc., sin contar con la bendición estatal y contando con sus medios de producción. Algunos de estos viven toda su vida de esta manera sin necesidad de un salario adicional. Y si algunos legitiman sus auto-empresas es para evitar que Hacienda les cierre el quiosco por evasión. Y cuando lo hacen no es sin gran sacrificio y con la necesidad más tarde de orientar su empresa en formas más o menos capitalistas. Así se integran finalmente al círculo vicioso de generación de empleadores, empleados, sub-empleados y desempleados.
¿Y si en vez de darle privilegios a los empleadores se disminuyeran las trabas que desalientan el auto-empleo? Esto no requeriría subsidios del Estado y pudiera redundar en un mayor recaudo tributario. Aun si los recaudos estatales no subieran, podría reducir el gasto estatal en ayudas por desempleo, insuficiencia alimentaria, gastos de salud, etc. ¿Por qué los “políticos” no mencionan nada similar a esto? Esa es la pregunta.
Cuando se discute la des-regulación de mercados siempre se apunta a los mercados capitalistas propiamente dichos, acerca de como pueden hacer negocios las corporaciones que dominan los mercados financieros, agrícolas, medicinas, etc. ¿Qué tal si desregulan los mercados que proveerían auto-empleo?
Continuaré presentando el argumento en términos reformistas para que sea más evidente como la soga sigue partiendo por lo más fino, aun cuando Alejandro insista en lo contrario.
Si usted tuviera muchas menos trabas estatales (por no decir ninguna) para auto-emplearse y se quedase sin trabajo bien pudiera ofrecer algún producto o servicio desde su casa, o a domicilio, hasta conseguir un nuevo empleo o seguir con su propio negocio desde su casa. Esto, a su vez, potenciaría mejoras a las condiciones de los asalariados porque bien pudieran optar por renunciar y hacer algo por cuenta propia en vez de aceptar malas condiciones laborales o pasar de un patrono a otro. Así mejoraría la posición de aquellos asalariados que no tienen contratos de unionado a la hora de negociar salarios, horarios, beneficios etc. con su patrono.
Esta situación no apunta a una revolución socialista, pero sería una manera plausible de disminuir el desempleo, aumentar la participación laboral, nivelar el sub-empleo y aún virar la tortilla en torno a la oferta y demanda del trabajo asalariado en favor del trabajador, pues contaría con mayores opciones que brincar de patrono en patrono. Y esto es sólo contando con las relaciones de mercado. Bien pudiera el Gobierno tolerar proyectos comunistas de agricultura, por ejemplo, sólo por probar más alternativas de auto-empleo. Obviamente esto implicaría que no podrían cobrarle ningún impuesto en moneda. Lo que dificultaría la extracción de riquezas por parte del Estado si abriese estos espacios. Digamos que le pide que contribuyan con una fracción de sus productos a los comedores de la escuela pública o alguna ONG, sólo por eso de obligarles a costear algún tipo de impuesto. ¿Adónde voy con todo esto?
Lo que intento reseñar es la actitud mafiosa del Estado, que limita las posibilidades de auto-sustento obligándonos así a participar en relaciones patrono-asalariado por necesidad. Aún más, el sistema de impuestos y regulaciones estatales nos imposibilita de cultivar y cosechar la tierra (individual o colectivamente) sin pagar al Estado una cuota por permitirnos esto (¡por permitirnos el auto-sustento!). Esto nos vuelve a tirar, a usted y a mí, dentro de un mercado Estatalmente estructurado para el beneficio último de la clase capitalista y la élite de poder que les protege y cobija. Y luego el Gobierno nos promete crear empleos para ayudarnos a “echar pa’ lante” y “progresar”. ¡Esto es una charlatanería!
La verdad es que no hay voluntad política en el Gobierno para repeler estas trabas. Y eso que lo propuesto no está lejos ni de los postulados (neo)liberales ni progresistas, aunque sí muy lejos del saqueo capitalista que ambos bandos sustentan cuando llegan al poder. El (neo)liberalismo y el progresismo sólo son escudos demagógicos para ocultarle a usted y a mí que no se nos permite trabajar libremente porque a la élite de poder se les haría más difícil el apropiarse del producto de nuestro trabajo. Las instituciones estatales y los capitalistas tendrían que (volver) a recurrir a términos más violentos para imponer sus prerrogativas, cosa bien que pudiera provocar (mayor) inestabilidad social, implicando malos tiempos de negocio para estos. Además, sería muy notorio que la estructura estatal efectivamente promueve la apropiación de los frutos del trabajo ajeno. Es por esto que tanto (neo)liberales como progresistas justifican (algunas o todas) estas regulaciones estatales como la única forma de alcanzar cierta calidad en los productos o servicios, protegiendo al consumidor y al ciudadano, y estabilizar el orden social, pues sino todo degeneraría en “anarquía”, caos y una lucha feroz de todos contra todos.
– Es que no hay de otra. Las cosas son como son y tiene que haber un orden.
Pues próximamente reseñaremos las posibilidades del orden en la anarquía y sus beneficios para todos nosotros; excepto para los capitalistas, la élite de poder y sus vela güiras.
Reacción Preliminar: Al libro: Nación Postmortem. Ensayos sobre tiempos de insoportable ambigüedad.
1
Lo que
valla a substituir
a los nacionalismos(chovinismo
pro-estadounidense y/o puertorriqueñismo-autocomplaciente). Será
ese sentido de
pertenencia y de
conexión social. Será
el compromiso tangible
de cada sujeto
con su comunidad
libertaria y con
los consejos de
los trabajadores. Y
viceversa.
Esto es
algo que asumo
que se podrá
construir en la
práctica de la
resistencia. En el
día a día
en que se
ponga en práctica
la autogestión libertaria.
En la lucha
por crear ese
bloque contra-hegemónico que
entrara en confrontación directa
con el orden
colonial y capitalista
imperante.
La propuesta
o el proyecto
de construir, de
edificar, una nueva
forma de autogobierno
libertario que suplante
al Estado-colonial y
capitalista desmantela al idealismo
burgués (y el
idealismo de sus empleados)
sobre la nación,
sobre el Estado-Nación.
Los desposeídos y
marginados no tenemos patria.
Pero por eso
mismo le arrebataremos el
Puerto Rico a
los ricos y
lo socializaremos. No
imponiéndonos como clase
dominante-dado a que
“el Estado” es
la precondición de
la sociedad de
clases y lo
que haríamos sería
entonces crear una burocracia
que serviría de
empleada del ideal
de la burguesía
administrando sus asuntos-
sino más bien
luchando por auto-suprimirnos como
clase, para así
edificar nuestro mundo.
Para así dejar
de ser partícipes
de la construcción
de un mundo
que no es
el nuestro.
2
¿Y esto
que propongo es
o no es
algún tipo de
nacionalismo? Realmente no
se precisar a
ciencia cierta. Lo
que puedo decir
es que no
es puertorriqueñismo de
autocomplacencia, de turismo,
de reinas de
belleza, ni de
deporte. Ni mucho
menos se trata
de un vulgar
chovinismo
pro-estadounidense.
Es más un
sentimiento que parte
de la afinidad
natural al lugar
de procedencia. Amo
la tierra en
donde me críe.
Es la tierra
y el espacio
social que me
hizo la persona que
soy. Y personalmente no
me gustaría vivir
en otro lugar
por muy cuesta
arriba que sea
provocar el cambio
social en este
país. Por muy
duro que sean
las cosas en
este Puerto Rico
contemporáneo.
Sobre los
símbolos como la
bandera y el
himno. Tengo que
decir que sospecho
grandemente del puertorriqueñismo. El
puertorriqueñismo-autocomplaciente
es la estandarización de
la cultura colonial
puertorriqueña. Y se
impone como la
ideología dominante que
aliena a los
explotados para que
encontremos la dominación
del Estado-colonial y la
explotación capitalista como cosas
deseables y naturales.
¿Por
qué si hay
colonialismo el puertorriqueño no
se rebela? ¿Por qué
si existe lucha
de clases el
pueblo trabajador no
se rebela? Esas
son las dos
preguntas que debemos
intentar contestar en
conjunto.
Yo por mi
parte, sospecho que
algo hay en
nuestra cultura(o en
lo que se
representa como tal),
en sus puntos
de partida, en
su estructura, en
las reglas de
juego que nos
impone la democracia
liberal, en el
tradicional bipartidismo (conjunto
con ese partido
que nunca gana
pero que siempre
cumple con su
poderoso rol ideológico
de legitimización al
sistema) , en el
estatus-centrismo,
etc.
Incluso el
discurso puertorriqueñista carga
con su opuesto,
es decir, el chovinismo-proestadounidense. Conflicto
entre ambas posturas
que conduce siempre
al debate de
sordos. Aunque teniendo
en común la
visión del Estado-paternalista. Polemizando
(o jugando a
polemizar) por diversos
enfoques del capitalismo;
ya sea el
enfoque neoliberal o
el enfoque neo-keynesiano. Pero
siendo ninguno de
esos enfoques capaces
de negar la
fusión económica-estatal.
Por Rakim Calderón Bernal
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
NO votarás
Al menos eso me dicta mi conciencia. No porque votar sea un tabú entre anarquistas (yo personalmente voté en contra de la reducción del derecho a la fianza en el referéndum pasado), sino porque votar en las elecciones generales de un sistema gubernamental representativo no resuelve nada, nothing, rien en buen francés; un soberano carajo en buen castellano. Pero usted pudiera opinar diferente por múltiples razones. Consideremos algunas de estás.
Tú debes votar...
- porque es un derecho y si no lo usas lo pierdes.
También es un derecho la libertad de expresión y de asamblea. Aún así el Acta Patriótica (entre otras prácticas, por ejemplo la histórica Ley de Mordaza, etc.) pueden inutilizar sus efectos. Lo mismo sucede con las elecciones. ¿De qué sirve tener un representante que luego de elegido olvida cada promesa, reclamo o necesidad de sus representados? De nada, nothing, rien...2. porque la Administración (PNP) actual no sirve.
Ok. Y ¿cuál ha de servir y para qué? Mayormente vienen ha servirse con megaproyectos en favor de sus conocidos, aliados, etc. Y eso de ¿qué nos sirve? De nada, nothing, rien...3. para impulsar los candidatos del Partido del Pueblo Trabajador.
Gente, la mona aunque se vista de seda, mona se queda.
Este partido, según han declarado sus candidatos, propone fortalecer y acrecentar la centralización estatal (sector público le llaman). Conciliar esto con la autogestión obrera es fácil decirlo en palabras, sólo en palabras. Al final quedan dos opciones: o la centralización estatal o la descentralización libertaria. Los puntos medios sólo son más de lo mismo; otra forma de vender el status quo con la carga onerosa que representa la institución gubernamental. En este sentido, sus propuestas para liberar al trabajador del capitalista pudieran quedarse tan cortas como casi nada, nada, nothing, rien...4. porque está en juego la descolonización.
Sí sí, claro. ¿Quién dice? El Congreso de EEUUA no ha recomendado ni avala la consulta. O sea, se trata de una consulta no vinculante convocada luego de que cayera la popularidad del Gobernador incumbente. De la forma implementada es incapaz de enviar un mensaje claro y contundente a favor de ninguna opción no colonial. La triste realidad es que para descolonizar a Puerto Rico, el plebiscito servirá de nada, nothing, rien...5. porque no se saca nada con no votar.
Todo lo contrario. Se logra muy poco o nada (en favor del socialismo y la libertad) votando en las elecciones generales. Votando por representantes no se logra nada.
No votar es un argumento válido contra un sistema injusto que utiliza la violencia para ordenar la sociedad en el mayor beneficio de unos pocos. La forma más clara de mostrar que nuestras acciones favorecen la autogestión es desvinculándonos del sistema de legitimación del autoritarismo disfrazado cómo sacrosantas elecciones generales.
Apenas quedan pocos días antes de las elecciones generales del 6 de noviembre; sólo un día de cada cuatro años. Pero tu vives la vida todos los días, por cada semana, mes y año.
Riega la voz. ¡Anímate! Atrévete a no votar. Comienza tu (r)evolución social hoy.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.
PS
Si aun así encuentras razones para votar, recuerda que la (r)evolución social está en como vivimos cada uno de nosotros cada día. No descanses tus ideales en la autoridad de otros. Retoma tu autonomía individual y ayúdanos a construir una mejor sociedad desde la igual-libertad, la solidaridad y la Anarquía.
Yo, el 6 de noviembre, no iré a votar.
COMENTARIOS: SOBRE EL ESCRITO DE ANTONIO QUIÑONES CALDERÓN, A ZAFARSE DEL COLONIALISMO. PUBLICADO EN EL PERIÓDICO EL NUEVO DÍA PÁG. 55 DE PERSPECTIVAS.
Comentarios: Sobre
el escrito de
Antonio Quiñones Calderón,
A zafarse del
colonialismo. Publicado en
el periódico El
Nuevo Día pág.
55 de Perspectivas.
El
Artículo comienza
hablándonos sobre “la importancia
histórica del plebiscito de status que
se celebrará el 6
de noviembre del
2012 (conjunto las
elecciones generales). Luego de esto parte describiendo
las dos visiones de
gobierno que dominan
el discurso político
puertorriqueño (tanto de izquierda
como de derecha)
que según él
se nos presentan
como encontradas.
“la elección general del próximo
6 de noviembre es la más importante de nuestra
historia electoral. Al menos, de
nuestra historia electoral moderna.
Dos razones abonan a esa realidad. La primera, porque como nunca antes están en competencia dos visiones de gobierno diametralmente opuestas.”
Dos razones abonan a esa realidad. La primera, porque como nunca antes están en competencia dos visiones de gobierno diametralmente opuestas.”
Nombro
a estas dos
visiones predominantes como
el “neoliberalismo-conservador” y el “neokeynesianismo-populista”. Aunque
al fin y
al cabo, ambas
visiones se nos
presentan de manera
integrada. “Un modelo
se nutre del
otro, uno hereda
cosas del otro,
ni dentro del “engaño espectacular”, el
uno y el
otro se rechazan
mutuamente”.
Pero
siguiendo en el
análisis del artículo.
Antonio describe lo
que yo nombro
como “neoliberalismo-conservador”, de
la siguiente forma;
“ (…)se enfoca
en unas políticas
de responsabilidad fiscal,
de austeridad y
apuntalamiento efectivo de
una correcta escala
de prioridades de
obras y servicios
y en la
participación del sector
privado en las
estrategias de desarrollo
social y económico
que sustituyan el
viejo patrón del
Estado-paternalista.(…)”
Esta
es una lectura
de lo que
es el neoliberalismo desde
las categorías de
análisis del sistema
(modelo o
visión) que le
precedían.
En
Puerto Rico, como
en ningún otro
lugar, es clara
la fusión económica-estatal. El desarrollo del capitalismo a
nivel internacional va
de la mano del
desarrollo del Estado-Moderno o Burgués. Sólo
que en Puerto
Rico este desarrollo
del capitalismo relacionado
al desarrollo de
la “maquinaria estatal
moderna” surge de una forma
todavía más explicita,
poniendo en ridículo
las categorías de
análisis (dominantes) del “liberalismo clásico”
y del discurso
anacrónico ( ya
desde el nacimiento
de la “gran industria”) del “libre
mercado”. Esto porque
el recorrido histórico
desde el proceso
de industrialización y
modernización del país,
hasta llegar al
actual estado de “sociedad de
consumo1” se dio
por invitación e “intervención del
Estado2” . Un Estado
un tanto especial,
dado a su
subordinación a las
leyes del Congreso
de los Estados
Unidos (falta de
soberanía). Pero Estado
en ultima instancia…,
con sus “aparatos
represivos e ideológicos”4 muy
originales y propios.
Por
ello sostengo que es
muy
importante dejar
claro que el
neoliberalismo no busca
substituir el “viejo patrón
del Estado-paternalista”. Sino
más bien adaptar
a la maquinaria
estatal a los
caprichos del sector
financiero y las
multinacionales. En otras
palabras, adaptar “al Estado”
en base a
las necesidades, leyes
y caprichos del capitalismo
globalizado.
El
“neoliberalismo” sigue
siendo un proyecto
político que viene de las
disciplinas del Derecho
y la Economía
Política. Disciplinas por
excelencia de los “hombres
de estado” y que son aplicadas desde el
“poder del Estado”.
El
estado-bienestar se transforma
para abrir paso
a las nuevas trasformaciones del
capitalismo globalizado. Incluso
me atrevería a
comparar a los Estados-Nacionales con
el modelo de una “neo-colonia” sólo
que sin Nación
Imperial definida. Dado
a que el
papel de la “Nación
Imperial” lo estarían
jugando las multinacionales y el sector
financiero.
Es
decir, que “Puerto Rico
es la colonia
más vieja del
mundo en el preciso momento
histórico en que
los Estados-Nacionales se
conforman como neo-colonias
del capitalismo globalizado”.
“El Estado”, es
pues, aquel concepto
abstracto que agrupa
ciertas instituciones sociales
dedicadas a regir sobre un
territorio y sobre
el capital humano” que habita
sobre ese territorio.
(Instituciones o aparatos
de estado, al
servicio del “imperio del
capital”. )
Pero
volviendo a citar
a Antonio, este describiendo aquella
visión neoliberal nos habla sobre;
“la implantación
de las medidas
medulares, que aunque
políticamente odiosas y
costosas, deban
tomarse para el
bien del colectivo
presente y futuro”.
A lo
cual podemos decir
que aquí nos
encontramos con el
paquete de las
medidas medulares dedicadas
al control social y técnico que
requiere el capitalismo
cambiante. Esto sin
importar la opinión
de la población
puertorriqueña, trastocando así (y volviendo
sal y agua)
el viejo discursos
democrático infantil que
inspiraban a los
partidarios del “estado-benefactor” o
“estado-patrón”.
Lo
que quiere decir
que con el
surgimiento del “frente neoliberal” la “democracia
representativa” ha muerto.
Y ha muerto
porque el neoliberalismo además
de negar y
volver imposible la democracia evidencia
en su practica
la ineficacia y
lo explotador y
alienante del “viejo modelo”
del estado-paternalista, benefactor
y/o patrono.
Luego
de describir el
neoliberalismo, Antonio describe
la otra visión
en disputa y
contra la que
él personalmente se
levanta o se rebela. “La del
viejo modelo”, la
que yo nombro
como “neokeynesianismo-populista”;
“La otra
visión en competencia
es la de
la administración de
un estado-patrono, la
que ve y
administra el presupuesto
del Estado como
el de una oficina de
empleos en agencias
y departamentos –a más
empleos en la nómina
gubernamental, más fuerte
será el respaldo
electoral-, que para
los políticos de
tal visión, es lo que
cuenta. Aunque lleve
a la quiebra
al gobierno al extremo
de tener que
cerrarlo, como ocurrió
en 2006, y se
quede la
administración sin dinero
inclusive para financiar
los programas más
puntuales para el
pueblo. Es la
visión que castra
el orgullo del ciudadano
de saberse útil
y mengua su
responsabilidad personal en
forjar su propio porvenir. Es como
la mano extendida del pedigüeño.”
Y
es está, tristemente,
la bandera política
de “nuestra izquierda”. Los
opositores al “frente neoliberal”
se presentan como
partidarios de alguna
suerte de “neokeynesianismo-populista” en
el que “el Estado”
debe volver a
su papel principal
en la economía
para proteger y
defender a los
sectores más marginados
y rezagados por
el “capitalismo salvaje” (sistema
que impone la
desigualdad y la
separación, porque la
desigualdad y la
separación se encuentran
en su propia
naturaleza). Incluso comúnmente esta
perspectiva se nos
presenta como el proyecto histórico-político de los representantes de
las clases subalternas
y trabajadoras.
El
problema con esto
es que precisamente
como nos dice
Antonio, esta visión
favorece la perspectiva
de “la mano extendida
del pedigüeño”. Según
esta visión “el Estado”
tiene el deber moral de
resolver todos nuestros
problemas. Nosotros como
ciudadanos nos convertimos
entonces en meros
espectadores pasivos. Relegamos
nuestra capacidad de
participar y resolver
directamente nuestros propios
asuntos al “Dios-Estado”. ( Lógica
del ciudadano súbdito
del “Dios-Estado” muy aprovechada
por la administración “neoliberal” de
Luis Fortuño y
potenciada curiosamente por “las
resistencias”.)
“El Estado” entonces
en su búsqueda
de crear empleos
para aumentar el
consumo y la
circulación, acrecienta la
burocracia y la
división del trabajo
en áreas totalmente
improductivas o que
no encajan con
un orden coherente
de prioridades y
necesidades.
Por
ello antes del
despido de empleados
públicos abría que
estudiar cuan productivas
eran las posiciones
que ocupaban esos
empleados públicos despedidos,
para el país.
Y no es porque sea
partidario de los
despidos como “los
neoliberales” ( que desean
que el presunto
endeudamiento o inversión
del estado en
crear las condiciones
para que las
multinacionales puedan operar
en el país
sean costeadas, no
por los ricos
y poderosos, sino
por las clases
subalternas y trabajadoras) ,
sino que lo
que trato de
evidenciar es otra
cosa, es decir,
la lógica del
mundo de la
separación que supone
el capitalismo y la lógica
de un régimen
que obstaculiza la
participación directamente de
los ciudadanos en la vida
política de nuestro
país . La lógica
de una economía
que se ha
hecho autónoma y
en la que
ya no importa
la producción (el
valor de uso)
sino la circulación
separada de capitales
(el valor de
cambio).
Para
entender lo que
quiero decir con
el concepto aparentemente
poético del “mundo de
la separación” me
detengo a explicarlo.
Bajo
cualquier sociedad estatal-capitalista existen
amplios sectores de
la población que
se encuentran desposeídos
de los medios de
producción quedando condicionados a
vender su fuerza
de trabajo a
cambio de un
salario, a robar(
y las diversas
maneras de robar)
y a mendigar
(y las diversas
maneras de mendigar),
etc… Esta separación
de los trabajadores
y de los
instrumentos de trabajo
hacen que lo
que dirigen la
economía no lo
hagan en base
a los intereses
de los propios
trabajadores, sino en
base a los
intereses que impone
la identidad de ser un “funcionario del
capital”. Que a
su vez se
comportan como esclavos
de una lógica…,
la
lógica de la acumulación de
capital por el
mero hecho de
acumular capital.
Esto quiere
decir que los
trabajadores producen todo
lo que nos
rodea pero ese
todo que nos
rodea no se
encuentra precisamente organizado
para beneficiar a quienes produjeron
“el todo”. El
fruto del trabajo
de los trabajadores,
bajo el capitalismo,
no es sinónimo
de bienestar social
y colectivo. Sino
sinónimo de salario,
expresado en dinero-mercancía, intercambiable por
otras mercancías producidas
bajo similares condiciones
de explotación y
alienación alrededor del
mundo.
Todo
lo que se
produce se produce
por su rentabilidad
económica y no
para el beneficio
social y colectivo.
Si se construyen
viviendas, por ejemplo,
no es para
que “los sin
techo” puedan disfrutar
de un techo,
sino para vender
esas viviendas a
precios imposibles o
elevadísimos para los
asalariados y/o obligar/condicionar a
los asalariados a ser no
solo esclavos del
salario, sino también
esclavos de la
deuda. Además de
ser esclavos del
fetiche de vivir
en un sector
lujoso como indicativo
de que los
asalariados están accediendo
en la estratificación social.
Es decir, una
necesidad básica como
la vivienda trasformada
en lujo/fetiche exclusivo
de quienes pueden
darse el lujo
y disfrutar del
fetiche de disfrazarse
de elite.
Otro
indicativo básico de
como funciona “el mundo
de la separación” podría
ser el cómo
muchos puertorriqueños residen
en un pueblo/municipio y
trabajan en otro
pueblo/municipio mucho más distante. Pueblos/municipios unidos
por un sistema
de carreteras que
potencia y obliga
a la utilización
del automóvil-mercancía en un archipiélago
en donde existen
más autos-mercancías que
gente. Encontrándose los
habitantes de este
archipiélago totalmente separado
de los espacios-políticos y los medios
de producción para
planificar, debatir y
organizar horizontal y
participativamente un sistema
de trasporte público
verdaderamente adecuado y
eficiente que funcione
para todo el
país. Esto sin
abordar el efecto
aislante, fetichista y mecánicos que
se potencian mediante
el uso del
automóvil. Nada más con el
hecho de que
la gente se
sienta a esperar
a que una
maquina como un automóvil, por
su continuo uso (pensada y
fabricada para un
clima no tropical
como Puerto Rico)
no se dañe
nunca y nos dure toda
la vida. Es
indicativo de la
separación de la
población (espectadora y
consumidora) con el
proceso de producción
y con su
realidad material. Esto
sin contar que
si la razón
de la existencia
de una empresa
es el vender
por el mero
hecho de vender…,
el vender una
mercancía que dure
demasiado podría significar
la quiebra
de tal empresa.
Y
de aquí podríamos
seguir sacándole la
quinta pata al
gato…, pero para
no detenernos en
esto podría presentar
otro ejemplo.
Por
ejemplo, la intención
de imponer el
proyecto del Gasoducto
para mi puso
en evidencia perfectamente
lo que es “el
mundo de la
separación” y de
la incapacidad de
participación directa del
pueblo a la
hora de resolver
sus propios asuntos.
Es decir, allí
ciertas “comunidades” no
consultadas querían ser
desplazadas por los
capricho de la
administración de turno.
A ninguno de
los habitantes de “las comunidades”
sobre las que
se quería construir
el Gasoducto se
les pregunto y se les
hizo parte de
la planificación de
un proyecto energético
(algo tan importante
que debe interesar
a todo un
país). Esto devela
lo necesario que es luchar
por construir espacios
de participación horizontal,
democrática y federada
para impedir precisamente
que pequeños grupos
decidan por la
totalidad del pueblo
en base intereses
que les son
ajenos.
Y
es esto, entre
otras cosas, que
hacen del discurso
de la “democracia-representativa” un
chiste de mal
gusto. Además de
poner entredicho que
tipo de trasformación
política queremos dado
a que entre las
opciones de estatus
que se promueven,
ninguna de ellas busca la
verdadera democracia participativa. Sino
que el tema
del estatus es
visto desde la
óptica de los “hombres
de estado”; desde
la disciplina del
Derecho y la
Economía Política. (Es
decir, desde arriba
hacia abajo. El
pueblo siendo visto
como “carne de
cañón” y “capital
humano” para los
caprichos de nuestra
“clase política”
y demás “funcionarios
del capital”.
Por
eso, ¡ahora!, abordando
el tema principal
del escrito de
Quiñones, que trata sobre
la presunta “importancia
histórica” del plebiscitó
del 6 de
noviembre sobre estatus.
Prefiero hablar sobre
la “importancia histórica”
del tiempo que
nos contiene. Con
el objetivo de “problematizar” y
contrastar el Puerto
Rico de hoy, con
el discurso del “paradigma colonial”
que circunscribe y
determina las diversas
manifestaciones, expresiones e
interpretaciones ideológicas en
la “política puertorriqueña”.
Lo
que me conduce
a formular la
conclusión de que
desde mucho tiempo
hemos sido esclavos
de la reproducción
discursiva de “nuestra
historia” por medio
de los aparatos
ideológicos de Estado
tales como; la
escuela, la Universidad,
los medios de
comunicación de masas,
las instituciones culturales,
etc.
Digo
esto porque sospecho
grandemente de la
rutinaria invocación de los sucesos
clásicos de nuestra
historia a la
hora de hablar
del problema del
estatus;
Por primera vez
en más de medio
siglo –en 519 años
exactamente, es decir, desde
nuestro surgimiento como pueblo-, los puertorriqueños
tendremos la primera oportunidad en nuestras vidas de
responder a una pregunta vital que va al tuétano de la dignidad personal de cada
uno y de la dignidad colectiva del territorio no incorporado
que habitamos desde 1898:
¿deseas continuar viviendo bajo el oprobio de la colonia que nos
ha menguado como pueblo a lo largo de
nuestra historia, o deseas sacudirte
del humillante y castrante
coloniaje transferido en 1898
de la corona española
al águila estadounidense?
Nunca antes se nos había hecho la pregunta. No se nos hizo en 1898 cuando fuimos conquistados como botín de guerra. No se nos hizo en 1917 cuando se nos atosigó la Ley Jones, cuya ignominia colonial quedó intacta, sin quitarle una sola coma ni un solo punto en sus alcances políticos, con la aprobación en 1952 del llamado estado libre asociado, que ya desde su nombre, adoptado por sus propulsores, constituye un oxímoron político.
Aún con los defectos que plantea la consulta de estatus del 6 de noviembre -el primero: es una vergüenza que a un pueblo haya que consultarle si quiere mantener su régimen colonial; en nuestro caso, la barbarie política del estado libre asociado a la altura del tercer milenio de la humanidad-, la oportunidad debe ser aprovechada para decirle al mundo que ha cesado la colonia más antigua del mundo.
Nunca antes se nos había hecho la pregunta. No se nos hizo en 1898 cuando fuimos conquistados como botín de guerra. No se nos hizo en 1917 cuando se nos atosigó la Ley Jones, cuya ignominia colonial quedó intacta, sin quitarle una sola coma ni un solo punto en sus alcances políticos, con la aprobación en 1952 del llamado estado libre asociado, que ya desde su nombre, adoptado por sus propulsores, constituye un oxímoron político.
Aún con los defectos que plantea la consulta de estatus del 6 de noviembre -el primero: es una vergüenza que a un pueblo haya que consultarle si quiere mantener su régimen colonial; en nuestro caso, la barbarie política del estado libre asociado a la altura del tercer milenio de la humanidad-, la oportunidad debe ser aprovechada para decirle al mundo que ha cesado la colonia más antigua del mundo.
Toda
esta cuestión se
me presenta de
momento como un “performance” o alguna
suerte de ritual
a la hora
de hablar del
estatus. Sospecho de
la constante invocación
del Tratado de
Paris o la
Ley Jones. Esto
porque aquí no
veo análisis sino
el empleo de
datos históricos para
expresar la frustración
y la vergüenza
que reproduce el
hecho de que
no hemos todavía
evolucionado a Estado
Nacional o como parte
de un Estado
Nacional. Frustración y
vergüenza que desestabilizan nuestra
identidad y por
tanto nuestra salud
mental. Que nos
hace sentir menos
y que afecta
nuestra autoestima como
individuos y como
colectivo. Esto pues
no es un
análisis serio de
la sociedad, sino
mas bien un
ejercicio de masoquismo.
Como
una vez me
comento un compa;
“Puerto Rico
existe y entra
a la historia
como colonia”. Pero
siempre he tenido
la intuición que
me dicta que
“nuestro régimen”, si
bien es colonial,
nuestro caso particular a
redefinido lo que
se entiende común
e internacionalmente por “colonia”. Cosa
que no se
comenta y que ha obstaculizado
el camino a
la hora de dar una
interpretación más completada
de nuestra realidad
puertorriqueña. Cosa que ha impedido
el desarrollo de
una contestación adecuada.
Por
ello las preguntas
que me siguen
atormentando son las
siguientes; ¿cual es
el punto de
luchar por la
soberanía de un
Estado y/o integración
plena a un
Estado, en tiempos
donde vivimos la crisis
de las soberanías y
en donde empezamos
a vivir el ocaso
de las superpotencias? ¿Qué
sentido tiene el “debate sobre
estatus” en tiempos
en donde se
vive la crisis y
el estancamiento de las democracias
representativas? ¿Y que
tipo de colonia
es Puerto Rico,
dado a que los puertorriqueños estamos
bastante integrados a las instituciones
estadounidenses, y de
lo que carecemos
es del espejismo
(o del derecho)
de votar por
el presidente y
enviar “representantes” al
Congreso?
Estas
son las preguntas
que me he
hecho en el preciso momento
en que logre
exiliarme de lo
que llamo por
ahora el “paradigma
colonial” para empezar
a concebir a
Puerto Rico fuera
de la burbuja
dominante. Es pues
un ejercicio mental que
me sirve para
intentar y ensayar
otro tipo de
interpretación que le
de sentido a
otro tipo de
contestación que justifique
la lucha de
abajo hacia arriba.
Quizás utilizando herramientas
teóricas insuficientes, incompletas,
o superadas como
las propuestas por
Althusser con sus “aparatos ideológicos
de Estado”. O
la “teoría del
espectáculo” propuesta por
Debord.
Espero
poder desarrollar esto por
medio del debate
amistoso y por
medio del estudio
consecuente de la
realidad puertorriqueña. Y
por medio del
desarrollo y la
adopción de un
marco teórico adecuado
a los nuevos
tiempos.
Notas:
1. Sociedad
de consumo:
Sociedad de consumo
o sociedad de
abundancia son dos
conceptos que uso
como sinónimos y que los
utilizo para describir
el capitalismo avanzado
que impera en
Puerto Rico. Un
capitalismo que ya
no se preocupa
por la producción,
sino por el
desarrollo del sector
terciario o de
servicios. Privándonos entonces
de la capacidad
de gozar de
un país con el mayor
grado de autosuficiencia posible.
Es una economía donde construir centros
comerciales es sinónimo de
progreso y en
donde el desarrollo
de la agricultura
o de industrias
nacionales es visto
como un atraso
o de poca
importancia. Una economía donde el
imaginario de parque
temático impera. En este
estado actual del
capitalismo los asalariados
(y no empleados)
no solo son
visto como fuerza
de trabajo, sino también
como
consumidores-espectadores
del espectáculo que
implica la sociedad
de consumo o
de abundancia. Una
sociedad en donde
el desarrollo de
las fuerzas productivas
permite la abundancia de mercancías
pero
en donde el
acceso a esas mercancías
esta
regulado por las
relaciones de producción
capitalistas.
2. Intervención estatal: Sostengo la hipótesis
de
que el lenguaje
se configura como
engañoso dado a
que por la
fuerte influencia de
la ideología dominante
se nos hace difícil concebir
la fusión económica-estatal. Por
eso entiendo que existe una
tendencia a utilizar
el termino de “intervención estatal
en la economía” cuando
la economía capitalista
de por si
se desarrolla gracias
al Estado.
3. Ideologia y
aparatos Ideologicos de
Estado. Freud y
Lacan, por Louis
Althusser.
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