No sé
cómo es que pocos
ven la conección
entre la noblesse
y los parásitos de sangre;
como ambos
la sangre les confirió poder
que ganaron de maneras
tan sangrientas como los cuentos
y la historia.
No sé
cómo es que pocos
se fijan de que
entre la noblesse et la borgoisie
las diferencias son de nombre,
y el abandono de espada y máscara
por billetera y vino.
No sé
cómo es que tantos,
para rabia de quienes
cargan un mundo mejor
en sus corazones,
aspiran ser parásitos
mientras los desangran
porque creen imposible
romper las cadenas
entre amo y esclavo.
Sé que hay
niveles de pervasividad
de cadenas más sutiles
que el oro contante y sonante
y los tanques amarrados
con balas y bombas.
Sí, el dulce cianuro
que mata de a poco
e imposibilita morar
esconde en su nombre
su razón de atar sin escapatoria
al perderse la filia de iguales
y asentarse el amor de amos.
-EXV
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