Libre mercado anti-capitalista (tercera y última parte)

Libre mercado, competencia, dinero y...  ¿Qué hay de la cooperación? ¿Donde queda la solidaridad?

    El libre mercado anti-capitalista no implica la desaparición de la cooperación entre los humanos. Al contrario, es una forma de promover la (re)organización de la cooperación voluntaria y el intercambio, sin perjudicar la libertad individual que promovemos.

    Cada individuo debe tener la oportunidad de decidir por si mismo que tareas desea desempeñar para subsistir. Esto puede incluir desde la más solitaria vida en algún lugar apartado, elaborando todas las tareas domésticas, como la vida en grupos que comparten voluntariamente sus productos a través del libre acceso a sus almacenes, como en empresas-obreras autogestionadas por los trabajadores mismos, o servidores individuales dispuestos a intercambiar sus servicios de forma independiente, entre muchos formas autónomas de producir, intercambiar, regalar y consumir. Solo sería necesario que quien quisiera desafiliarse de alguna asociación en la que participa pudiera hacerlo. De lo contrario, estarían atrapados en una sola forma de vivir y se habría perdido la libertad.

    El libre mercado tampoco requiere que se adopten las ideas propietarias derivadas del los textos de John Locke. Mucho menos se pretende legitimar la propiedad capitalista (actual) que en muchos casos no es legítima ni por los  planteamientos (neo)lockeanas siquiera. Pero sí es una oposición a la imposición de la planificación centralizada, sea a través de un municipio autónomo o del Estado. Porque todos los humanos deben poder elegir como desean subsistir y qué desean producir, regalar, intercambiar y consumir.

Disgresión acerca de la tierra

    El socialismo de libre mercado rechaza la forma de apropiación actual de la tierra y la reemplaza con el criterio de ocupación-y-uso. Esto implica que cierto espacio de tierra pertenece a un idividuo (o colectivo) solo mientras lo ocupa-y-usa directamente. (Veáse el siguiente recopilatorio acerca de la propiedad (o posesión) mutualista sobre la tierra para más información.) Esto es cónsono con la igual libertad de los individuos, puesto que nadie debe quedar sin una tierra para ocupar-y-usar, sin necesidad de pagar rentas o impuestos.

La acumulación del capital se torna en un obstáculo para las empresas e individuos

    Que exista un libre mercado no implica, necesariamente, un eventual retorno al capitalismo. Todo lo contrario. Habiendo considerado como funciona el capitalismo (actual), podemos apreciar que las grandes fortunas no han sido fruto del trabajo y el ahorro, sino que depeden necesariamente de las conexiones con el poder estatal para acrecentar sus ganancias.  Mantener la presente acumulación de capital entre pocas empresas o individuos sería tan difícil y costoso sin la protección del Estado, que podríamos imaginarlo como imposible. Sin el Estado (ni el uso de la coerción), el poder de las corporaciones sobre sus empleados y los consumidores se hace harina. Porque su poder radica en el uso de las patentes, licencias y derechos de autor, además de las tarifas proteccionistas para evitar las importaciones, la responsabilidad limitada y otros subsidios (como el reciente "rescate económico" de ciertas instituciones financieras, etc). Por tanto, lo que es extraño en la actualidad, sería muy común dentro de un libre mercado anti-capitalista: que los trabajadores puedan ser los dueños del capital que necesitan para trabajar y que sean estos mismos quienes manejen según sus criterios la administración de su empresa.

Conclusión

    El capitalismo no es un sistema socio-económico de libre mercado. El libre mercado es necesariamente anti-capitalista, implica la abolición del capitalismo y el desmoronamiento de sus opresivas jerarquías. Presenta además una (re)organización de la sociedad utilizando prácticas que no nos son del todo desconocidas y que permiten la cooperación voluntaria entre los humanos. Como concepto, solo designa una posibilidad en la anarquía, una (re)organización económica donde no se obliga a nadie a comerciar pero tampoco nadie puede prohibir el comercio.

    Si alguna vez confundió el sistema en que vivimos con el libre mercado, no se preocupe, es un mito que lleva ya algunos años y a muchos nos puede haber confundido. Pero luego de abandonado el mito, solo nos queda promover la anarquía, la libertad de todos los humanos, la igual libertad de todos los humanos en la anarquía.



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1 comentario:

  1. Entiendo la fraseología. Es como cuando afirmo que, las colectividades Anarco Comunistas deberían de responder a “oferta y la demanda”. Me explico, ¿que se necesita para que las necesidades de todos sean cubiertas? Todo, en el ánimo de la conservación del medio ambiente y sus recursos. No se trabaja para depredar la naturaleza se trabaja para sustentar la misma. En el Capitalismo de Estado (la URSS) o Privado (EEUU) no se atendió esto, el resultado es una situación actual de afectación del medio ambiente. La máxima será, “a cada cual según su capacidad, a cada cual según su necesidad”


    En cuanto a la pertenencia o no de un colectivo, estas en lo correcto cuando afirmas que, todo ciudadano tiene derecho a afiliarse o desafiliarse al mismo. Pero la colectividad, tiene derecho también a aceptar a sus miembros. Por ejemplo, sí una persona práctica el anarquismo individualista o el anarco capitalismo y los miembros de la colectividad se rigen por el Comunismo Libertario. La aceptación es cuestión tanto del individuo como, de la colectividad.

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