Libre mercado anti-capitalista (primera parte)

El socialismo de libre mercado: aceptación, rechazo y aceptación

    Para comenzar como es debido, el capitalismo NUNCA ha sido un sistema de libre mercado. El liberalismo (económico y político) aunque se articula(ba) como la defensa de la libertad, en cuestiones políticas y económicas ha mantenido cierto número de vicios autoritaristas como si fuesen el menor de los males ó parte de una justicia natural. El Estado ha sido uno de ellos y el que (para fines de este texto) resume la coerción inherente en el sistema liberal. La tendencia a favorecer a los capitalistas (dueños del capital, entiéndase, fábricas, bancos, inversiones etc.) fue lo que solidificó este nombre para el régimen liberal (o burgués). El capitalismo ha sido más o menos regulado/planificado por el Estado en beneficio... En beneficio de mantener una economía que favorezca a cierta élite. Esa élite está compuesta de un grupo heterodoxo de parásitos que viven a costa del trabajo de todos los demás. En ocasiones han nacionalizados servicios (policía, moneda, retiros, seguros, etc.) solo por evitar el desencanto de los no-privilegiados, generalmente, asalariados. No se trata de un plan socialista, solo parchos para mantener el poder. Porque, barriguita llena, ciudadano que no protesta...

    No niego la existencia de liberales radicales que favorecían lo que se ha denominado "laissez-faire" como forma alejar al Estado de la mayoría de los asuntos sociales, sin embargo, no ha sido hasta recientemente que se ha articulado como parte del movimiento libertario y más cercano a un libre mercado creíble. Y aún algunos, generalmente los más cercanos al neo-feudalismo, osan reclamar dicho título solo para si, aún a pesar de una tradición socialista que le antecede por casi un siglo.

    Sí, el libertarismo ha sido defendido por socialistas, aunque no necesariamente por la mayoría. Los socialistas fueron individuos organizados a la izquierda del liberalismo buscando una verdadera libertad de desarrollo para (TODOS) los individuos, sin necesidad de subordinación/alianza con los privilegiados y su Estado. Muchos buenos argumentos (y disparates también) fueron defendidos o rechazados para acabar con la obstaculización capitalista hasta que algunos de ellos, los MÁS, confundidos por los sofismas de Marx y Engels, quienes prometían una revolución que acabaría de una vez y por todas con los privilegios (de clases), enarbolaron la bandera del Estado obrero. Estos socialistas, abandona(ro)n el ideal de la libertad inmediata en favor de ser parte de la dictadura que salvaría al mundo, imponiendo una sola (re)organización economica: el comunismo. Este enfásis por el uso de la coerción estatista para "mejorar" la condición de vida de los no-privilegiados ha sido uno de los más detrimentales argumentos aceptados por los socialistas y lo que bien le ha valido el rechazo de la mayor parte de los habitantes del globo. Este socialismo es una traición a la sociedad, a la libertad individual, por tanto, al socialismo mismo.

    No puedo negar tampoco la existencia de marxistas radicales que han reinterpretado, modificado o se han apartado del autoritarismo en favor de una (re)organización voluntaria. Sin embargo, su marcadada animadversión al intercambio económico de libre mercado y al individualismo me obliga a mantenerlos al margen del libertarismo de izquierda, aunque con una perspectiva abierta a una posible transformación libertaria de algunas marxistas.

    Ahora bien los otros socialistas, quienes también se oponían al régimen liberal y su criatura, el capitalismo, mantienen algo en común, la valoración de la libertad individual. Por esto se conocían y conocen como libertarios, socialistas libertarios, ácratas o anarquistas. Sin embargo, podríamos hacer dos divisiones sencillas de las diferentes perspectivas. Las que favorecen el libre intercambio (individualistas, mutualistas) y las que se oponen al libre intercambio (colectivistas y comunistas). Este rechazo del libre intercambio parece contradecir la importancia vital de la libertad individual, aunque puede estar más vinculado con la exagerada importancia que le dieron ciertos escritores anarquistas a los textos socio-políticos de Marx y Engels. 

     Aún así, los anarquistas que abrazaron el movimiento denominado "sin adjetivos", afianzaron el argumento de que cualquier (re)organización no-coercitiva es válida en la libertad, incluyendo el comunismo y/o libre intercambio anti-capitalista. Esto no presenta(ba) gran problema para las perspectivas individualistas, mutualistas y colectivistas (estos últimos están más vinculados al anarco-sindicalismo) pero ha ido calando muy lentamente entre los partidarios del comunismo. Y no es caso de sorprenderse. Sin embargo, es creíble que estos últimos confundan el mercado capitalista (actual) con el libre mercado propuesto por los libertarios.

    Esta confusión del mercado capitalista con el libre mercado, es a lo que Kevin Carson denomina "libertarismo vulgar". En su caso, lo usa para referirse principalmente a aquellos libertarios individualistas que defienden el mercado existente cual si fuese ejemplo de un libre mercado, aún a sabiendas de que no es así. Lo mismo valdría para los libertarios que rechazan el Estado capitalista liberal pero que están prestos a defender el populismo y el capitalismo de Estado de los marxistas. 

     La confusión del libre mercado con el mercado capitalista entre los comunistas ha llevado a algunos a rechazar como injusta, errada o explotadora cualquier otra forma de (re)organización que no fuese la comunista. Tanto el marxismo (clásico) como el neo-liberalismo han fomentado a esta confusión. El primero porque condena los mercados como fuente innata de monopolios y privilegios y el segundo porque fomenta la percepción de que el capitalismo sin ciertas regulaciones equivale a libre intercambio. Ambas partes equivocan los conceptos para el beneficio de su teoría. Sin embargo, esto confusión no debe continuar siendo fuente de discordia entre los que verdaderamente abrazan el libertarismo y, por tanto, la defensa constante de la libertad individual.

(Continuará.)


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1 comentario:

  1. Saludos y animo desde Caracas, compañeros. Un abrazo libertario. Rafael Uzcategui

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