Assaif w el3omla (La espada y la moneda)

No sé
cómo es que pocos
ven la conección
entre la noblesse
y los parásitos de sangre;
como ambos
la sangre les confirió poder
que ganaron de maneras
tan sangrientas como los cuentos
y la historia.

No sé
cómo es que pocos
se fijan de que
entre la noblesse et la borgoisie
las diferencias son de nombre,
y el abandono de espada y máscara
por billetera y vino.

No sé
cómo es que tantos,
para rabia de quienes
cargan un mundo mejor
en sus corazones,
aspiran ser parásitos
mientras los desangran
porque creen imposible
romper las cadenas
entre amo y esclavo.

Sé que hay
niveles de pervasividad
de cadenas más sutiles
que el oro contante y sonante
y los tanques amarrados
con balas y bombas.
Sí, el dulce cianuro
que mata de a poco
e imposibilita morar
esconde en su nombre
su razón de atar sin escapatoria
al perderse la filia de iguales
y asentarse el amor de amos.

-EXV
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La presencia anarquista en el ciberespacio

Aunque me arriesgo a caer en el monólogo, la cuestión de principios o sencillamente ambos, no puedo evitar preguntarme: ¿cuán útil es la presencia anarquista en el ciberespacio?
Hay ámbitos en los que queda más claro y ´posiblemente hasta se caiga de la mata que nuestra presencia e involucramiento es esencial, especialmente todo lo que tenga que ver con la denominada piratería; es de anarquistas impulsar y tomar parte en el libre y gratuito compartir de información, ideas, arte, música, software, libros electrónicos y otros. De eso no cabe duda.

No obstante, en lo que más directamente cabe y concierne nuestro Ideal, ¿cuán útil o necesaria es nuestra presencia en el ciberespacio? Sé que esto se publicará en un blog y por ende estará presente en el ciberespacio pero igual no puedo evitar preguntarme cuán útil o beneficioso al Ideal es esto de presentar nuestros temas en el ciberespacio y tratar de impulsar el tipo de sociedad que queremos. Y el cuestionamiento surge de varias cosas que he observado en el internet, como por ejemplo:

·         La obstinación generalizada de usar el internet para distraerse y no informarse (¡Dios libre! Hace daño estar leyendo de esas cosas que pasan)
·         La convención social del internet de sólo aceptar creer cosas que se aprendan a través del chiste o un mero video de YouTube, sin exigir fuentes o ser muy crítico de las fuentes presentadas
·         La triste tendencia a que los blogs los leen y siguen aquellos que ya andan convencidos de lo que se dice en el blog
·         El bombardeo de anuncios en prácticamente todo foro de parte de los capitalistas
·         La creciente falta de espacios públicos reales, ya que casi todo le pertenece a los Estados o a los capitalistas
·         La asunción generalizada de que la sociedad no se puede cambiar, y sólo se puede vivir en el carpe diem o luchar por meras reformas para tus conocidos más cercanos.

A menudo los anarquistas, igual que los marxistas, escriben y hablan de “la revolución” que traerá a la realidad nuestras ambiciones. Pero no puedo evitar preguntarme de qué revolución hablan. La Revolución Francesa no logró acabar con los absolutistas ni traer la igualdad social más de lo que el asesinato trae la resurrección, y lo mismo ha pasado con la revolución Bolchevique, la cubana, y muchas otras llamadas revoluciones. Perdonen mi cinismo respecto a las insurrecciones, pero la única manera en que se me hace posible y razonable entender el concepto de Revolución Social de Bakunin es entender revolución no como insurrección masiva y cambio de estructura social forzado sino más bien como un cambio a algo radicalmente distinto a lo ya conocido a través de la costumbre, la práctica, la utilidad y el ejemplo. Me consta por razones lógicas que para que esto se dé a cabo hacen falta el convencimiento político-moral que irrevocablemente lleve a la práctica del ideal anarquista y socialista libertario de manera repetida y numerosa en el ámbito micro para que se torne macro y que a este proceso se le llame la revolución social, pero, ¿cómo logramos ese convencimiento de manera inquebrantable? ¿Cómo logramos que no sólo saque raíces la semilla libertaria, sino que de ella surja un árbol que rehúse dejar de crecer y dar fruto hasta morir? Y, volviendo al punto de partida, ¿de qué manera contribuye, realmente, nuestra presencia en el ciberespacio a ello?

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Voces libertarias: Orígenes del anarquismo en Puerto Rico



(Según publicado en Facebook)
 
Libros AC los invita a la presentación del libro de historia "Voces libertarias: Orígenes del anarquismo en Puerto Rico" del historiador puertorriqueño Jorell Meléndez Badillo a celebrarse el jueves, 21 de marzo a las 7:00pm en la librería en la 1510 Ave. Ponce de León en Santurce.

Estacionamiento disponible en el multi-piso de Ciudadela de Santurce.
Para más información: info@librosac.com nopasaranjamas@gmail.com 787-998-5132

Más allá del reino del empleo y desempleo


En Puerto Rico, ha comenzado un “nuevo” Gobierno y ya es palpable que, sin contar ciertos parches necesarios ante las circunstancias, los políticos nos ofrecen más de lo mismo, principalmente en el ámbito laboral: empleo, subempleo y desempleo, nada más. No habrá que esperar mucho para admitir que el ejercicio electoral sirvió de muy poco, o nada, en favor de una sociedad – de sociedades – de individuos libres. Pero comencemos con las (pocas) buenas noticias de este evento.

Considero útil la movida para incluir a las parejas de hecho y a las del mismo sexo en legislaciones que buscan evitar el abuso en el hogar (ley 54). También la movida del municipio de San Juan para extender ciertos beneficios marginales que ya poseían los matrimonios (heterosexuales) a las parejas (de cualquier orientación sexual) que conviven sin la “bendición estatal”. Este tipo de medidas no interfieren con la igual-libertad de los demás, sino que acrecentan las posibilidades de ver la justicia desde una óptica igual-libertad. Sin embargo, se trata de medidas que eliminan arbitrariedades estatales que favorecen un sólo tipo de familia y la proyección estatal de la perspectiva puritana que considera ciertas orientaciones sexuales como no aceptables y “anti-naturales”.

Ahora bien, a pesar del Estado y el Gobierno de turno, nos toca a todos fomentar culturas de respeto y tolerancia ante comportamientos humanos que en nada nos agreden u obstaculizan y que para nada resultan en proyectos de conquista y explotación. Investiguemos y propaguemos formas alternativas de proteger la igual-libertad que concuerden con nuestros principios libertarios. Esto es en definitiva un proyecto a largo plazo pero que bien podría considerarse propaganda por el hecho y acción directa de gran eficacia para insertarnos en las luchas del activismo civil ofreciendo recursos revolucionarios, evitando sumarnos a las tendencias reformistas que tan mal sabor nos dejan por su mínimo alcance en la praxis.

Volvamos al tema del empleo, de los 50,000 empleos prometidos por el Gobernador de turno. Aunque nos prometiera un millón de empleos, ¡empleos para todo el mundo!, el empleo es precisamente el yugo, la dictadura, la subordinación, el método de producción capitalista por excelencia. A pesar de la sustitución de empleados por máquinas y robots, el empleado es en ciertas áreas de la industria más barato (considere la fabricación de ipods, por ejemplo) que la producción automatizada y todavía más barato y necesario en diversas áreas del sector de los servicios, que tanto a crecido en el capitalismo post-industrial. Sin embargo, si el empleo es necesario para muchos de los humanos que habitan nuestro planeta es porque el “auto-empleo” es ya casi imposible.
 
La lógica del empleo – el yo trabajo para un sueldo bajo las órdenes y el beneficio de corporaciones capitalistas, en no muy pocas ocasiones, –  a calado tan profundo en nuestra cultura que la búsqueda del sustento por cuenta propia se puede definir en términos del mismo. O empleo o auto-empleo o desempleo o empleador. Empresarismo le llaman a esta vaina. ¿Dónde a quedado el cooperativismo, la autogestión y el sindicalismo revolucionario en todo esto? ¿Dónde la empresa o municipio comunista entra como opción?

Para hacer el cuento largo corto, estás prácticas tan necesarias para una revolución socialista han quedado enredadas en el autoritarismo y el espejismo de la posibilidades de un Estado Benefactor o tachadas como utopías, sueños de un mundo mejor. Alguna gente, muy poco algo mal informados, han visto en esta representación del Estado una suerte de anti-capitalismo “pragmático y realista”, de forma que lo proyectan como la única solución al capitalismo salvaje y rapaz. Se trata de hacer al capitalismo una experiencia tolerable y de darle apariencia de justicia social a una constante y generalizada intervención estatal.

La política nuestra de todos los días está dominada por la “dicotomía” (neo)liberalismo-progresismo, ambas tendencias encerradas dentro de la lógica del capitalismo y su demarcación estatalizada acerca de lo que es “lo tuyo”, “lo mío” y “lo nuestro”. Bajo este discurso – algo simplificado para efectos de esta entrada – es que se inscriben los reclamos y promesas acerca de más y “mejores” empleos y aún, desde el adentro de este discurso podemos divisar los límites de alcanzar esas metas de forma permanente o estable.

Los ciudadanos de muchos Estados han visto “desvanecer” miles de empleos de forma cíclica en menos de una generación. Y esto no corresponde a mejores formas de sustento diferentes al empleo, sino que implican desahucios, ansiedad, depresión, frustración, mayores deudas, menos o ningún lujo, problemas familiares y hambre en no pocos casos. Sin embargo, la receta para esta enfermedad social vuelve a ser escritas en términos de empleo y las dosis del mismo que hacen falta. ¿Cuál es la receta actual, en Puerto Rico, para la creación de “nuevos” empleos? Otorgarle privilegios a patronos y capitalistas que van desde el subsidio de salarios con fondos del Estado, entiéndase, con los fondos pagados en impuestos por los ciudadanos, hasta una moratoria en el pago de ciertos impuestos y patentes, o sea, a que estas empresas se le exime, por cierto tiempo de aportar al fondo Estatal. Además, pueden retener parte del ingreso del empleado que en circunstancias usuales habría de parar en las arcas de Hacienda, pero en este caso, para costear los gastos en consumo de energía eléctrica. En pocas palabras, pueden tomar aun más de lo producido por los demás y aportar menos al Estado que los privilegia y promueve. Así se socializan despóticamente los costos de hacer negocio en Puerto Rico y mientras las ganancias las disfrutan unos pocos bajo el amparo de la protección estatal de la “propiedad privada”.

Nada nuevo queridos lectores, más de lo mismo.

– Pero al menos habrían más empleos.

Empleo, subempleo, desempleo y más empleo, esa resulta ser la única lógica del “status quo”.

Hace no muchos años, en Puerto Rico, era el Estado quien asumía el rol de crear empleos bajo su propia nomina. Así creció la escuela pública, la policía y todos los departamentos de servicios estatales. Al final, como ha quedado en evidencia durante los últimos 8 años, esto ha resultado muy costoso y virtualmente imposible de pagar con los recaudos impositivos y el constante endeudamiento estatal.

– Pues que cobren más impuestos a las corporaciones. Y si es necesario, que no se le pague (por ahora) a los bonistas.
– Pero, ¿para qué? ¿Para seguir fomentando monopolios de efectividad mediocre?
– Al menos habrían empleos.
– ¿Acaso no puede cada humano conseguir su sustento sin depender de la relación patrono-asalariado?
– Tipo no seas utópico y pon los pies en la realidad.
– No, no, de veras. Hablo de aquí y ahora y con lo que hay.

No somos pocos los que tenemos habilidades que bien podrían intercambiarse en el mercado actual y así mitigar la necesidad de trabajar por un salario. Alguna gente ya hace bizcochos, mecánica, plomería, etc., sin contar con la bendición estatal y contando con sus medios de producción. Algunos de estos viven toda su vida de esta manera sin necesidad de un salario adicional. Y si algunos legitiman sus auto-empresas es para evitar que Hacienda les cierre el quiosco por evasión. Y cuando lo hacen no es sin gran sacrificio y con la necesidad más tarde de orientar su empresa en formas más o menos capitalistas. Así se integran finalmente al círculo vicioso de generación de empleadores, empleados, sub-empleados y desempleados.

¿Y si en vez de darle privilegios a los empleadores se disminuyeran las trabas que desalientan el auto-empleo? Esto no requeriría subsidios del Estado y pudiera redundar en un mayor recaudo  tributario. Aun si los recaudos estatales no subieran, podría reducir el gasto estatal en ayudas por desempleo, insuficiencia alimentaria, gastos de salud, etc. ¿Por qué los “políticos” no mencionan nada similar a esto? Esa es la pregunta.

Cuando se discute la des-regulación de mercados siempre se apunta a los mercados capitalistas propiamente dichos, acerca de como pueden hacer negocios las corporaciones que dominan los mercados financieros, agrícolas, medicinas, etc. ¿Qué tal si desregulan los mercados que proveerían auto-empleo?

Continuaré presentando el argumento en términos reformistas para que sea más evidente como la soga sigue partiendo por lo más fino, aun cuando Alejandro insista en lo contrario.
Si usted tuviera muchas menos trabas estatales (por no decir ninguna) para auto-emplearse y se quedase sin trabajo bien pudiera ofrecer algún producto o servicio desde su casa, o a domicilio, hasta conseguir un nuevo empleo o seguir con su propio negocio desde su casa. Esto, a su vez, potenciaría mejoras a las condiciones de los asalariados porque bien pudieran optar por renunciar y hacer algo por cuenta propia en vez de aceptar malas condiciones laborales o pasar de un patrono a otro. Así mejoraría la posición de aquellos asalariados que no tienen contratos de unionado a la hora de negociar salarios, horarios, beneficios etc. con su patrono.

Esta situación no apunta a una revolución socialista, pero sería una manera plausible de disminuir el desempleo, aumentar la participación laboral, nivelar el sub-empleo y aún virar la tortilla en torno a la oferta y demanda del trabajo asalariado en favor del trabajador, pues contaría con mayores opciones que brincar de patrono en patrono. Y esto es sólo contando con las relaciones de mercado. Bien pudiera el Gobierno tolerar proyectos comunistas de agricultura, por ejemplo, sólo por probar más alternativas de auto-empleo. Obviamente esto implicaría que no podrían cobrarle ningún impuesto en moneda. Lo que dificultaría la extracción de riquezas por parte del Estado si abriese estos espacios. Digamos que le pide que contribuyan con una fracción de sus productos a los comedores de la escuela pública o alguna ONG, sólo por eso de obligarles a costear algún tipo de impuesto. ¿Adónde voy con todo esto?

Lo que intento reseñar es la actitud mafiosa del Estado, que limita las posibilidades de auto-sustento obligándonos así a participar en relaciones patrono-asalariado por necesidad. Aún más, el sistema de impuestos y regulaciones estatales nos imposibilita de cultivar y cosechar la tierra (individual o colectivamente) sin pagar al Estado una cuota por permitirnos esto (¡por permitirnos el auto-sustento!). Esto nos vuelve a tirar, a usted y a mí, dentro de un mercado Estatalmente estructurado para el beneficio último de la clase capitalista y la élite de poder que les protege y cobija. Y luego el Gobierno nos promete crear empleos para ayudarnos a “echar pa’ lante” y “progresar”. ¡Esto es una charlatanería!

La verdad es que no hay voluntad política en el Gobierno para repeler estas trabas. Y eso que lo propuesto no está lejos ni de los postulados (neo)liberales ni progresistas, aunque sí muy lejos del saqueo capitalista que ambos bandos sustentan cuando llegan al poder. El (neo)liberalismo y el progresismo sólo son escudos demagógicos para ocultarle a usted y a mí que no se nos permite trabajar libremente porque a la élite de poder se les haría más difícil el apropiarse del producto de nuestro trabajo. Las instituciones estatales y los capitalistas tendrían que (volver) a recurrir a términos más violentos para imponer sus prerrogativas, cosa bien que pudiera provocar (mayor) inestabilidad social, implicando malos tiempos de negocio para estos. Además, sería muy notorio que la estructura estatal efectivamente promueve la apropiación de los frutos del trabajo ajeno. Es por esto que tanto (neo)liberales como progresistas justifican (algunas o todas) estas regulaciones estatales como la única forma de alcanzar cierta calidad en los productos o servicios, protegiendo al consumidor y al ciudadano, y estabilizar el orden social, pues sino todo degeneraría en “anarquía”, caos y  una lucha feroz de todos contra todos.

– Es que no hay de otra. Las cosas son como son y tiene que haber un orden.
Pues próximamente reseñaremos las posibilidades del orden en la anarquía y sus beneficios para todos nosotros; excepto para los capitalistas, la élite de poder y sus vela güiras.

Reacción Preliminar: Al libro: Nación Postmortem. Ensayos sobre tiempos de insoportable ambigüedad.




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Lo que valla a substituir a los nacionalismos(chovinismo pro-estadounidense y/o puertorriqueñismo-autocomplaciente). Será ese sentido de pertenencia y de conexión social. Será el compromiso tangible de cada sujeto con su comunidad libertaria y con los consejos de los trabajadores. Y viceversa.




Esto es algo que asumo que se podrá construir en la práctica de la resistencia. En el día a día en que se ponga en práctica la autogestión libertaria. En la lucha por crear ese bloque contra-hegemónico que entrara en confrontación directa con el orden colonial y capitalista imperante.




La propuesta o el proyecto de construir, de edificar, una nueva forma de autogobierno libertario que suplante al Estado-colonial y capitalista desmantela al idealismo burgués (y el idealismo de sus empleados) sobre la nación, sobre el Estado-Nación.




Los desposeídos y marginados no tenemos patria. Pero por eso mismo le arrebataremos el Puerto Rico a los ricos y lo socializaremos. No imponiéndonos como clase dominante-dado a que “el Estado” es la precondición de la sociedad de clases y lo que haríamos sería entonces crear una burocracia que serviría de empleada del ideal de la burguesía administrando sus asuntos- sino más bien luchando por auto-suprimirnos como clase, para así edificar nuestro mundo. Para así dejar de ser partícipes de la construcción de un mundo que no es el nuestro.




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¿Y esto que propongo es o no es algún tipo de nacionalismo? Realmente no se precisar a ciencia cierta. Lo que puedo decir es que no es puertorriqueñismo de autocomplacencia, de turismo, de reinas de belleza, ni de deporte. Ni mucho menos se trata de un vulgar chovinismo pro-estadounidense.




Es más un sentimiento que parte de la afinidad natural al lugar de procedencia. Amo la tierra en donde me críe. Es la tierra y el espacio social que me hizo la persona que soy. Y personalmente no me gustaría vivir en otro lugar por muy cuesta arriba que sea provocar el cambio social en este país. Por muy duro que sean las cosas en este Puerto Rico contemporáneo.



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Nuestra cultura del cambio social, nuestra contra-hegemonía, debe basarse en la resistencia social y en la crítica y autocrítica a dichos procesos históricos de resistencia. La verdadera cultura puertorriqueña es la cultura combativa de los de abajo. Y debe expresar los nuevos valores libertarios de forma tal que puedan ser parte de nuestra vida cotidiana. Y esta historia de resistencia debe escribirse para que nos sirva como arma para desmantelar piedra por piedra la hipocresía del orden colonial imperante.




Sobre los símbolos como la bandera y el himno. Tengo que decir que sospecho grandemente del puertorriqueñismo. El puertorriqueñismo-autocomplaciente es la estandarización de la cultura colonial puertorriqueña. Y se impone como la ideología dominante que aliena a los explotados para que encontremos la dominación del Estado-colonial y la explotación capitalista como cosas deseables y naturales.




¿Por qué si hay colonialismo el puertorriqueño no se rebela? ¿Por qué si existe lucha de clases el pueblo trabajador no se rebela? Esas son las dos preguntas que debemos intentar contestar en conjunto.




Yo por mi parte, sospecho que algo hay en nuestra cultura(o en lo que se representa como tal), en sus puntos de partida, en su estructura, en las reglas de juego que nos impone la democracia liberal, en el tradicional bipartidismo (conjunto con ese partido que nunca gana pero que siempre cumple con su poderoso rol ideológico de legitimización al sistema) , en el estatus-centrismo, etc.




Incluso el discurso puertorriqueñista carga con su opuesto, es decir, el chovinismo-proestadounidense. Conflicto entre ambas posturas que conduce siempre al debate de sordos. Aunque teniendo en común la visión del Estado-paternalista. Polemizando (o jugando a polemizar) por diversos enfoques del capitalismo; ya sea el enfoque neoliberal o el enfoque neo-keynesiano. Pero siendo ninguno de esos enfoques capaces de negar la fusión económica-estatal.




Por  Rakim  Calderón  Bernal

















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