Sobre el anarquismo y la violencia

Por: Aladino y Alexander

    El anarquismo, en general, surge de dos supuestos: todos los seres humanos son iguales y nacen libres, pero se crea divisiones basadas en, o buscando el privilegio. De aquí surgen las nacionalidades, las diferencias de clase, las diferencias raciales y otros tipos de discrimen ficticios. Con esto en mente, los anarquistas en general entonces vemos el origen de la moral en este reconocimiento natural de igualdad y libertad en todos los de nuestra especie y vemos la ley positiva, entiéndase la ley coercitiva del Estado, como injustificable y arbitraria.

    Ya esto sentado, hay que tener en cuenta las formas en que el modus operandi del Estado es violencia. El Estado, por ejemplo, unilateralmente exige a todos bajo su mando que lo apoye económicamente por medio de impuestos, muy astutamente llamadas “contribuciones” en nuestro país, so pena de cárcel. Se nos pide que legitimemos la perpetuación del mando-obediencia por medio del voto y de contratos enforzados por la ley del Estado, bajo cual se puede defender la extorsión, explotación y se viabiliza el mantener corporaciones inmorales sin permitir que a través del boicot se caigan por su peso. Ejemplo concreto pero cercano: en el actual estado de las cosas, no importa cuanto la gente proteste y hasta se interpongan a dicho proyecto, el famoso Paseo Caribe se construyó exactamente donde es un detrimento para el ambiente y la mayoría de los puertorriqueños. Sólo favorece a los empresarios que le sacarán provecho económico. En una sociedad sin Estado, no hubieran siquiera podido poner una piedra fuera de sitio si le molestara a cuanta gente como le molesta los atropeyos contra el ambiente y el pueblo puertorriqueño hoy dia.

    Por otro lado, la mayoría de nosotros en el Colectivo de Acción Libertaria sólo apoyamos la violencia como método de autodefensa.

     Esto por varias razones. Por un lado, el Estado se caracteriza por la coerción y varias formas de violencia; sólo el Estado es culpable de los impuestos, la expropiación, los encarcelamientos hasta por problemas supérfluos, la represión contra manifestantes y el individuo en general a mayor o menor escala, la censura y el discrimen institucionalizado. Sin embargo, el Estado no es más que una abstracción de a lo que se reduce todo: gente. Y, en esa mentalidad, le podemos cambiar el nombre a la violencia desde un punto de vista individual en ves de conceptual y nos encontramos con igual valores de violencia: robo, amenaza, violencia física, verbal y emocional, captura de rehenes, censura de diversas clases y en general odio discriminatorio en favor de la propia etnia, clase social, “nacionalidad” e incluso, para los de nosotros que apoyamos más específicamente la causa ambiental y de los animales, en favor de la propia especie.

    Por otro lado, el anarquismo se diferencia de otras visiones políticas de izquierda en que aunque en general se busca un mundo más justo por encima de simplemente más prospero para algunos pocos, el anarquismo en todas sus vertientes hace un énfasis y particular valorización sobre la libertad individual. Nosotros abogamos por una sociedad donde tú puedas ser tú y yo pueda ser yo sin que a ninguno de los dos lo obliguen a ser como el otro, y tanto el alcance como los límites dentro de una sociedad caerían dentro de estos parámetros. A esto, filosófico-éticamente hablando, se le ha llamado el principio del voluntarismo, y en términos resumidos consiste en lo siguiente: a cada ser humano se le respetará la libertad individual y su integridad física siempre y cuando respete la libertad individual e integridad física de sus semejantes. Parece simple, pero tiene implicaciones fuertes. La violación, el robo, agresión física, censura, intimidación, violencia emocional, la expropiación y el exilio (que no sea voluntario) están expresa y manifiestamente condenados ya desde este principio, y deja inválido moralmente la mera existencia del Estado. También, al no delimitar de manera tan cercana y específica a qué ser humano aplica, se sobre entiende que aplica a todos sin discrimen de gentilicio, etnia, género, sexualidad, etc. De una manera u otra, los anarquistas en general nos subscribimos a este principio, y en base a él nos oponemos a la existencia del Estado y todas sus formas de violencia.

    Sólo falta un tema por tocar en términos de la acción libertaria de los anarquistas y la violencia: de qué manera este principio justifica la violencia en autodefensa. Y es bastante claro. Si no se te respeta la libertad individual y/o integridad física propia o de cualquier grupo, se les contesta hasta lograr obtener o recuperar dicha libertad. ¿El Estado nos miente y esconde información? Aportemos a sacarle la información hasta por los poros y de todas las fuentes posibles. ¿Nos expropiaron la casa? Ocupemos un edificio abandonado, o construyamos en un terreno vacío.

    Hay varias formas de contrarrestar la violencia, grandes y pequeñas, en proporción con nuestras fuerzas y recursos. Lo primero y más importante es generar la mentalidad de reconocer los verdaderos y más fuertes derechos humanos, que radican en la igual-libertad-para-todxs, que es la mayor libertad a la que podemos aspirar. Es perfectamente plausible la revolución social, paso a paso, con la creación de consciencia y el recordarle al individuo del archipiélago su poder inherente político como individuo que tiene derecho a tener donde vivir, que comer y a que dedicarse, sin tener que recurrir a la violencia hacia individuos que son inocentes.

    Libertad e igualdad; es lo que buscamos y creemos, algo que el Estado no nos dará y nos ha negado a lo largo de la historia. El negarnos ambas cosas son actos de violencia, que al nosotros no resignarnos a ella da paso a que nos agredan físicamente, según su ley coercitiva y violenta. Obligar al pueblo a ofrecer su mano de obra con sólo perecer como alternativa a unos pocos para que ellos se enriquezcan es violencia y opresión.

    En Puerto Rico desde los comienzos del siglo XIX se le quito la libertad al obrero puertorriqueño, cuando en contra de la voluntad de los individuos del archipiélago se les impuso el régimen de la libreta, en donde toda persona de escasos recursos se les obligó a trabajar para un propietario de haciendas y hacer todas sus compras en dicha hacienda. Esto hizo que el puertorriqueño, que antes sólo trabajaba fuera de su casa para conseguir dinero para algo que necesitara, se le convirtiera en un proletario a tiempo completo y sin opción de sobrevivir autogestionado como lo hacia hasta finales del siglo XVIII cuando vivía de sus cosechas.

    Por tanto, entendemos que nuestra violencia debería ir por etapas. Primero autogestionar lo necesario, contrario a lo que el gobierno quiere, que es que trabajemos para un patrono que se enriquece a cuenta de uno. Luego usar nuestro ejemplo para ayudar a otros e incitar a más personas a la autogestión y de esta manera seguir violentando lo que el gobierno propone como que es disque mejor.

    La violencia física solo la deberíamos utilizar como forma de defensa personal contra el poder que nos ataque. No creemos en atacar primero como mejor estrategia porque no muchos entenderían la razón del ataque. Debemos ser pacientes y esperar el momento adecuado en el que el pueblo entienda y se una a la insurrección. De no hacerlo con el favor del pueblo, estaríamos exponiéndonos a la crítica, la mala interpretación del por qué se hizo y nos echaríamos al pueblo en contra.

    Es por eso que proponemos primero una violencia educativa, acompañada de ejemplos de puertorriqueños en Puerto Rico—porque el lema del pueblo es “aquí no se puede”—y así demostrar que aquí sí se puede, y que contra toda autoridad seguiremos violentando cualquier imposición que ellos decidan en contra de nuestra libertad.


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¿Por qué un(a) anarquista en Puerto Rico se opondría a la "Vía Verde"?

    El uso de gas natural para producir energía, no es necesariamente algo adverso a la libertad, en sí mismo, como tampoco lo es el del petróleo, etc. Sin embargo, el efecto adverso que tiene sobre el ambiente y otrxs humanxs la forma en que actualmente se consume para producir la electricidad sí es un inconveniente que roza los límites de la igual-libertad-para-todxs-lxs-humanxs. Los efectos adversos que poseen a la salud humana y los daños que provoca a otras especies (animales, vegetales, etc.) amenazan con desequilibrar el medio ambiente, excediendo, a largo plazo, los beneficios económicos que proceden del uso de energía eléctrica (los motores de combustión, etc.). Ciertamente, la dependencia actual a la energía no-renovable, que a su vez es fuente de contaminación, no es producto de la libre elección y asociación de lxs humanxs, sino más de lo mismo. O sea, otro efecto nefasto de la intervención Estatal, esas mafias perversas donde sobran lxs "líderes" y en las que tantxs humanxs depositan su salvación terrenal con la esperanza de alcanzar el "progreso" prometido. El gasoduco, esa supuesta "Vía Verde", es un claro ejemplo de esto.

    Construir un ducto de apróximadamente 90 millas sobre terrenos fértiles, y donde habitan especies en peligro de extinción, para transportar gas natural con el consentimiento de todxs lxs que usan-y-ocupan los terrenos a ser impactados, sería una taréa muy difícil, aunque no necesariamente imposible. Lo verdaderamente difícil sería convencer a quienes consumen la electricidad a invertir parte de su trabajo presente y futuro (que en la actualidad se traduce a millones de dólares) para crear la infraestructura que necesita EcoEléctrica para completar su monopolio sobre la distribución del gas natural, que la Autoridad de Energía Eléctrica ha decidido convertir en el 70% del combustible con que operarían.

    ¿Qué este combustible quema más limpio que el petróleo? Ciertamente. Pero el impacto ecológico de construir el gasoducto (con sus repercusiones adversas para los humanxs), la imposición de los costos de dicha construcción a toda la población de la isla y el desplazamiento involuntario de cientos de pobladores es claramente una violación a la igual-libertad-para-todxs.

    Lo acomodaticio del nombre para dicho proyecto, la supuesta "Vía Verde", debe ser desmentida constantemente ya que de "verde", en el sentide energía eco-amigable y renovable, no tiene nada. También deben ser desmentidas las expresiones de Miguel A. Cordero, director de la AEE, acerca de que la "Vía Verde" es un proyecto para hacer "justicia social". ¿Cómo carajos la imposición de los costos de X proyecto que termina (o, debo decir, continúa) privilegiando a 4 gatxs mal peinadxs, destruyendo amplios sectores de un ecosistema del cuál dependemos y desplazando gente de sus hogares podría considerarse "justicia social"?

    Justicial social es la libre asociación de lxs humanxs para proteger la igual-libertad-para-todxs. Justicia social es la recuperación de los medios de producción y de la tierra por aquellos que los ocupan-y-usan y la disposición de los mismos según mutuo acuerdo entre quienes los usan-y-ocupan y quienes los necesitan. Justicia social es la (re)organización de lxs humanxs para disfrutar completamente del fruto de sus trabajos y distribuirlos libremente según acuerdos voluntarios y de beneficio mutuo. Justicia social será la producción y uso de la energía, tanto renovable como no-renovable, de formas que se disminuyan sus impactos negativos al ecosistema, evitando dañar la salud de lxs humanxs y sin las agresiones anti-sociales utilizadas para imponer la  "Vía Verde".


    El Estado, esa gran mafia donde se mezclan los partidos y las corporaciones, solo da  de lo que posee:

Agresión anti-social,

porque todo (o casi todo) lo que poseen lxs gobernantes y capitalistas es producto del robo de los frutos del trabajo ajeno. Y de la imposición de restricciones sobre algunxs. Y la repartición de privilegios entre otrxs.

    La justicia social no llegará con ningún Estado, sea reformista ni "revolucionario". Tampoco llegará de la caridad de ningún(a) capitalista abochornadx ni de ningún ritual religioso. La justicia social será el producto de las interacciones de lxs humanxs en la Anarquía.

Lo justicia social se construye desde la igual-libertad-para-todxs.


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Expresiones anarquistas dentro de la prensa y la cultura proletaria puertorriqueña de principios del siglo XX (1899-1911)

Por malrosen
[Brevísimo fragmento]
Los anarquistas puertorriqueños se consideraban personas del futuro, como abogaba Luisa Capetillo, y aunque no elaboraron un discurso basado de la propanganda “a través de los hechos”, es decir, por la vía de la violencia revolucionaria, llevaron un ejemplo a través de sus vidas. Capetillo consideraba a sus camaradas anarquistas como “los hombres y mujeres más justos, equitativos, humanos, amigos, leales y seguros compañeros a pesar de las distancias. Valientes y decididos defensores de la fraternidad universal. …” Es de aquí que nace la práctica de los santos laicos. Estos eran los obreros que dedicaban su vida al ideal, abandonando cualquier tipo de vicio que pudiese corromperlos, dedicándose en una forma casi religiosa a la “causa”. Estos dejaban de fumar y de beber pues creían, como afirmaban en su periódico El Eco del Torcedor, que estos vicios “ha[n] robado á la mesa abundancia, obligando al hombre a pedir limosna en la calle” y “ha[n] llenado las casas de corrupción, y de locos, con sus lamentables víctimas.”
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