El concepto (neo)lockeano de la propiedad no es esencial para los anarquismos


     Este ensayo se nutre de algunas citas de Pierre-Joseph Proudhon para demostrar que históricamente (o sea, en el pasado que asegura su legitimidad a través de la interpretación de textos) el anarquismo1 no ha precisado  ­ necesariamente  ­ de la (re)conceptuación moderna de la propiedad, cuyas raíces se remontan a los textos de John Locke. Siendo la tesis de este último una defensa de la propiedad frente al absolutismo monárquico, no pretendía explicar coherentemente las implicaciones y limitaciones al utilizar ciertos bienes (incluyendo los recursos naturales) en una sociedad cualquiera, sino trazar límites entre el soberano y cualquier propietario dentro de un sistema evidentemente estatista. A su vez, se pretende demostrar que el rechazo de la propiedad moderna no implica el abandono del libre comercio, ni la anulación de las posesiones individuales y/o familiares. Por el contrario, dicho rechazo puede surgir de una simple (re)conceptuación de la propiedad como posesión, en los mismos términos  ­ o similares  ­ a los propuestos por Proudhon en su texto ¿Qué es la propiedad?. La forma en que se establezca el intercambio de bienes y/o servicios dependería de ciertos convencionalismos sociales dependientes de dicha (re)conceptualización. De paso, y antes que todo, se pone entredicho el concepto de autopropiedad como un espejismo para afianzar la ridícula posición de la propiedad moderna como un derecho natural.

1Los anarquismos parece ser un término que se acomoda mejor para referirse a las diversas perspectivas anti-autoritarias. Este será el término que utilice en mis textos en adelante.

 
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